El Eneagrama es un sistema de clasificación de la personalidad muy preciso que sirve como manual para comprender las motivaciones profundas que hay detrás de nuestras conductas y actitudes. 

Su dinámica brinda herramientas para fortalecer el liderazgo personal y ofrece una comprensión profunda de la naturaleza humana.

Es una guía que te ayuda a entender por qué piensas, sientes y actúas de un modo determinado; podríamos decir que es como una brújula que impulsa nuestro desarrollo, pues no sólo nos muestra nuestros problemas esenciales sino también la manera de hacerles frente dejando al descubierto accesos que podemos poner en práctica para lograr una resolución al conflicto interno o externo.

El eneagrama mejora las relaciones, facilita la toma de decisiones conscientes y nos ayuda a crear vínculos más sanos. ​​​Su comprensión toma en cuenta lo que ya somos desde antes de la concepción y la personalidad que se va formando de acuerdo a mandatos familiares, cuestiones culturales, experiencias de vida, sistemas educativos, influencias en la infancia e incluso factores epigenéticos.  Ayuda a identificar virtudes, defectos y tendencias psicológicas. 

• Se presenta como un método para el autoconocimiento y el desarrollo personal. 

• un útil instrumento para empezar a ser cada vez más conscientes de cuáles son los mecanismos psíquicos que nos mantienen esclavizados, volver a conectar con nuestra esencia más profunda.

• El Eneagrama describe nueve «eneatipos». Es decir, nueve modelos mentales, esqueletos psicológicos o tipos de personalidad, cada uno de los cuales puede vivirse desde el ego o desde el ser, en función de nuestro nivel de consciencia, nuestro grado de comprensión y nuestro estado de ánimo. Y para facilitar el manejo y la comprensión de esta herramienta de autoconocimiento, se emplean nueve números

• Cada uno de nosotros nace con un eneatipo determinado. Es decir, en contacto con una de las nueve esencias que define el Eneagrama. Sin embargo, durante nuestra infancia desarrollamos de forma irremediable nuestro correspondiente tipo de ego para protegernos y sobrevivir emocionalmente. Y dado que nadie nos ha enseñado a conocernos a nosotros mismos y vivir desde lo esencial, la mayoría de adultos solemos estar identificados con nuestro falso concepto de identidad. De ahí que nuestra existencia suela estar marcada, en mayor o menor medida, por la lucha, el conflicto y el sufrimiento, A su vez, nuestro eneatipo principal determina nuestro rasgo más característico de comportamiento, sólo uno de estos nueve eneatipos define con más exactitud nuestro modelo mental particular. No se trata de quedarnos con las conductas y actitudes superficiales, sino con las motivaciones inconscientes y ocultas que las generan. 

​